El siguiente paso en el curso sobre aprendizaje basado en proyectos es idear un proyecto que iremos puliendo para hacerlo viable. Se nos pide que hagamos una breve descripción del mismo, e incluso que realicemos un videoclip de 15 segundos para comunicar nuestro "prototipo" de proyecto.
- Título del proyecto: ¿Hablas matemáticas?
- Modalidad y etapa educativa: 2º Ciclo ESO
- Perfil de los estudiantes: Todos
- Producto final: Diseño de un problema de la vida real.
- Relación con el currículo: CCBB, Comprensión lectora.
Se me ocurre que el enfrentamiento con los problemas, una
vez analizado y teniendo claro lo que se pide y lo que se da, podría ser un
brainstorming, por equipos o en general. Después se podrían intentar todos los
enfoques viables, cada equipo uno, y luego exponer las dificultades
encontradas. Entre todos se podría elegir cual habría sido la mejor estrategia
para resolver el problema. Para el próximo se intentará estimar qué estrategia
sería la mejor.
Este proyecto se me ocurrió debido a los problemas que
tienen mis alumnos para enfrentarse a problemas de la vida real en los que
deben entender el enunciado, interpretarlo y resolverlo. Eso, unido a los
famosos informes PISA en dónde salimos muy mal parados en comprensión lectora.
También se me ocurre que el producto podría ser que ellos
(por grupos, podría ser) elaboren un enunciado a resolver por sus compañeros.Como explicaba en el post anterior, en mi centro seguimos la metodología impuesta por el Bachillerato Internacional para secundaria (Programa de los Años Intermedios). Debemos evaluar por criterios, lo que obliga a que las pruebas sean muy elaboradas. A los alumnos les cuesta acostumbrarse a que en un examen de números reales me ponga a hablarles del telescopio Hubble y les pregunte si en un mundo racional, con una aproximación de pi y de raíz de 2 a las décimas, conseguiríamos haberlo puesto en órbita.
En estos (pocos) años he observado que los estudiantes creen que el problema está en las matemáticas y no lo está. Tardan demasiado en entender el enunciado y en saber qué les piden averiguar, tanto que para cuando se ponen manos a la obra no les queda tiempo para resolverlo. Y no es que les esté dejando poco tiempo. El año pasado dedicamos una clase a hacer una actividad sobre el Curiosity que era muy similar al examen sobre el Hubble y al día siguiente tuvieron una hora para el examen. Este año dediqué dos horas de clase (más el tiempo en casa que dedicaron los alumnos) a la actividad y les dejé dos horas para el examen. Increíblemente les salió igual de mal a las dos promociones. En ambos casos, cuando luego se corrige en la pizarra, se llevan las manos a la cabeza por lo fácil que era. ¡El problema no está en las mates! Y en el enunciado tampoco, fue revisado por los profesores de lengua y le dieron el visto bueno.
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