lunes, 7 de abril de 2014

Aprendizaje basado en proyectos VS Enseñanza tradicional

Estoy empezando el curso de AbP y ya me están pidiendo que piense argumentos a favor y en contra de dicha metodología. ¡Pero si sólo tengo una vaga idea de lo que es! ¡Por eso me apunté al curso! Bueno, entonces especulemos..
A favor se me ocurre que el aprendizaje basado en proyectos:
  • Genera un mayor interés por las asignaturas involucradas en el proyecto (siempre que éste sea interesante para los alumnos). Como evidencia que apoye esta observación puedo aportar que uno de los primos de mi mujer (prefiero no poner su nombre ni el de su colegio, tendrán que fiarse de mi palabra :P) está en un proyecto (como alumno, cursa 4º de ESO) en el que están involucradas las asignaturas de matemáticas, física y tecnología si no me acuerdo mal. Tienen las tres horas de esas asignaturas seguidas cada día que dedican a dicho proyecto y abordan, desde las distintas perspectivas que aporta cada asignatura, los problemas y necesidades que van surgiendo. Esto creo que genera una necesidad en el alumno que quiere terminar el proyecto y le hace estar más abierto y motivado a la hora de aprender.
  • Aumenta el trabajo interdepartamental en los centros, promoviendo la relación entre profesores y obligando a los profesores involucrados en un mismo proyecto a trabajar en equipo (no creo que haga falta poner datos que justifiquen esta afirmación). De esta manera los alumnos tienen más oportunidades de aprender a trabajar en equipo, pues están viendo a sus profesores hacerlo.
  • Promueve una enseñanza basada en el mundo real, pues en el mundo real no tendrás que resolver una ecuación planteada de manera abstracta sin contexto, si no que te surge la necesidad de averiguar algo y puede que plantear una ecuación cuya solución es la respuesta que buscas sea la única manera. Como ejemplo me cito a mí mismo: el año pasado me casé y realicé el diseño de las invitaciones; resulta que a la hora de ir a imprimirlas, en un DinA3 sólo cabían dos invitaciones y sobraba muchísimo papel. A mí me da mucha rabia tirar papel, así que adapté las medidas de la invitación para que cupieran tres invitaciones, lo hice planteando un sistema de ecuaciones con las restricciones sobre sangrados y márgenes que me imponía el impresor y las proporciones de mi propio diseño. La historia es tan verídica que se la cuento a mis alumnos como introducción a los sistemas de ecuaciones desde entonces.
Y en contra se me ocurre que el aprendizaje basado en proyectos:
  • Fuerza a que se ajusten los temarios de las asignaturas que van a trabajar en proyectos para que cuadre con las necesidades del proyecto y quizá eso no permita abarcar el temario deseado. Aunque seguro que los alumnos alcanzan una mayor comprensión de los temas trabajados durante el proyecto.
  • Puede suponer un problema si tenemos que llevar a cabo un proyecto con otros profesores con los que no nos entendemos. Por esto no creo que se deba forzar la colaboración entre profesores que no quieran hacerlo. Se sobreentiende que somos adultos, profesionales y todo eso, pero también tenemos un gran defecto:somos humanos.
  • No se cómo será la evaluación de los proyectos, pero si se tarda más tiempo en corregir que con la enseñanza tradicional, eso sería para mí algo en contra.
He de decir que los contras son pura especulación, muy probablemente cambie mi opinión a lo largo del curso,

En cuanto a mi especialidad, matemáticas, he de decir que creo que trabajar en proyectos puede ayudar a generar necesidad en el alumno, a comprender más en profundidad y a promover la indagación. Pero hay ciertas unidades, por así decirlo, en matemáticas que no pueden/deben ser estudiadas en el marco de un proyecto (por lo menos tal y como lo veo ahora mismo) sino de manera descontextualizada y aislada de la realidad. Estoy hablando del álgebra, de su dominio. Para conseguir no equivocarse operando hay que hacer muchos ejercicios y para dominar todas las variantes posibles hay que dedicarle tiempo. Muchos pensarán que porqué es tan importante, si con un ordenador o una buena calculadora se puede hacer.. Sí, pero si no controlas lo que estás haciendo puede que lo que intentas hacer no tenga sentido desde el principio. Algunos creen que si no vas a estudiar nada relacionado con las ciencias, no te sirve para nada aprender a resolver ecuaciones, yo a mis alumnos les cuento que aprender a resolver ecuaciones es aprender a seguir unas instrucciones y a llevar a cabo un proceso de manera meticulosa y sistemática. ¿Quién no realiza en su día a día tareas que debe hacer de esa misma manera, con ese cuidado?

También me piden que haga lo mismo con la enseñanza tradicional, nuevamente mi visión es limitada pues llevo sólo tres años dando clase.
A favor de la enseñanza tradicional debo decir que:
  • Las clases magistrales basadas en las tres P's (Presentación, Práctica y Prueba) es lo que se lleva haciendo desde hace muchos años y es como aprendimos la mayoría de nosotros. Nuestros profesores no vivieron la revolución en la educación que estamos viviendo desde hace algún tiempo. Así que lo hacemos estupendamente ¿por qué cambiarlo? ¿por qué vamos a repensar nuestra manera de actuar para hacerlo mejor cada vez? Ni que fuésemos racionales..
  • Es muy cómodo para el profesor, pues no tiene que dedicar mucho tiempo a preparar las clases (sobre todo si va a hacer lo mismo que el curso anterior).
  • Al final de la escolarización se les realizará a los alumnos una prueba escrita (llámese PAU, reválida, selectividad, etc.) y la enseñanza tradicional creo que es la que mejor prepara a los alumnos para ese tipo de pruebas. Las han estado haciendo cada dos o tres semanas.
En contra de la enseñanza tradicional pienso que:
  • Dificulta la atención a la diversidad y a las inteligencias múltiples. En una clase con un profesor explicando para todos es difícil que aquellos con necesidades especiales reciban lo que necesitan; y los que no tengan fuerte la inteligencia auditiva se quedarán atrás.
  • Con exámenes sólo se evalúa lo que el alumno es capaz de hacer en condiciones de nerviosismo, tensión, estrés, etc. y no lo que realmente sabe. En el mundo real tienes recursos a tu alcance en los que apoyarte si, de repente, tienes un mal día, no te acuerdas o no te sale algo. A menos de que seas artificiero (o bombero), claro, y tu vida dependa de saber dar los pasos precisos en los pocos minutos que el malo haya puesto en el temporizador de la bomba.
Por lo que veo no se me ocurre nada más a favor ni en contra de la enseñanza tradicional. Si has leído hasta aquí, enhorabuena, no sé si yo sería capaz de leer estas opiniones poco fundadas de un desconocido.

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